Nuestra historia
El Sembrador no es solo un restaurante, es la expresión de un legado que comenzó con Don Antonio, un joven de tan solo 27 años que llegó desde España al Valle de Uco en 1953, llevando únicamente sus manos trabajadoras y un sueño.
En Villa Seca, Don Antonio enfrentó años de esfuerzo incansable: trabajaba de sol a sol, viviendo con lo justo y necesario, y demostrando que la perseverancia puede transformar cualquier tierra en un hogar fértil. Con sacrificio, logró comprar su propio terreno, sembrando no solo la tierra, sino también los valores de esfuerzo y amor por la vida.
Amor que no solo se reflejó en el trabajo sino también en su compañera incondicional Emilia Fernández que llegó también desde España para acompañar en todo momento y ser el corazón de la familia.

Ellos hicieron historia, nosotros la continuamos
José, hijo de Antonio y papá de Pedro, continuó este legado de conexión con la tierra, y años más tarde compró el terreno donde hoy estamos ubicados.
Su visión fue un homenaje a su padre, reivindicando las primeras tierras que le dieron acogida y fortaleciendo el vínculo entre la familia y la naturaleza acompañado de Graciela del Carmen, su esposa quién es nuestra inspiración en cada plato que producimos.
Con un espíritu que sigue vivo.
Pedro, nieto de Don Antonio, es un apasionado de la tierra, quien encuentra en cada siembra una conexión con sus raíces y la magia de cultivar vida.
Sthefania, enóloga de corazón, transforma los frutos de la vid en vinos que cuentan historias en cada sorbo.
Y Antonella, nuestra chef, hizo de la gastronomía su refugio, creando platos que no solo alimentan, sino que emocionan. Aquí, entre viñedos y montañas, tradición, pasión y familia se fusionan.
El Sembrador: dónde la tierra, el vino y los sueños florecen juntos.

Pedro Manzano
Viticultor

Sthefania Contrera
Enóloga
